Photoshop es el programa más famoso de Adobe que se utiliza para la edición de fotografías y el procesamiento de imágenes digitales. Este software es capaz de realizar ediciones de imágenes con calidad profesional, ofreciendo enormes posibilidades creativas gracias a los numerosos filtros y herramientas y gracias al procesamiento por capas, que permite gestionar distintas particiones del archivo inicial por separado.
Para los sectores de la arquitectura y la construcción Photoshop representa una herramienta fundamental para trabajar: de hecho, gracias a las técnicas de postproducción del programa es posible mejorar la calidad de tus imágenes, dar color a los planos y secciones, trabajar en perspectiva, organizar las representaciones arquitectónicas en términos de iluminación, color y detalles, y preparar presentaciones gráficas de alta calidad de tus proyectos.
Saber crear y postproducir renders, inserciones de fotos y todos los dibujos 2D y 3D de un proyecto es, por tanto, imprescindible hoy en día para cualquier persona que trabaje en el sector del diseño arquitectónico y la visualización.
Entre las principales operaciones que se pueden realizar con Adobe Photoshop encontramos el procesamiento de planos, secciones, prospectos mediante la dosificación de colores y el uso de patrones y texturas para los materiales, el estudio de luces y sombras y la postproducción de renders internos y externos.
El primer paso a seguir en cualquier trabajo de postproducción en Photoshop es importar el archivo que desea modificar en el programa. El archivo puede ser un pdf exportado desde Autocad, puede provenir de modelos tridimensionales, si ya han sido procesados, o alternativamente puede ser una imagen tomada de Google Earth si estás trabajando en un marco territorial o un masterplan.
Además del uso de colores, para obtener resultados más realistas, es aconsejable utilizar texturas y patrones: de hecho, las texturas seamless utilizadas como patrones de relleno son necesarias tanto para simular el efecto de los materiales en los dibujos en 2D como para renderizar mejor las plantas y la vegetación.
Para aplicar un patrón es necesario seleccionar el nivel o área de aplicación e insertar la textura relativa, siempre comprobando que el factor de escala esté en armonía con la escala del dibujo.
Para dar aún más profundidad a los dibujos es necesario saber ajustar las luces y sombras. De hecho, con Photoshop es posible crear áreas más brillantes y áreas más oscuras con las herramientas Dodge&Burn e insertar sombras a través de la función Estilos de capa, teniendo en cuenta que estas sombras son adecuadas para proyectar sombras de árboles, personas y objetos, pero no como sombras de edificios. Para esto último, es recomendable dibujar en Autocad o tomarlo de un modelo tridimensional e importarlo a Photoshop solo en una etapa posterior.
En cuanto a la iluminación, por otro lado, se puede ajustar tanto a través del botón Brillo/Contraste como a través del elemento de menú Filtro> Renderizado> Efectos de luz en el que se puede seleccionar luces individuales a las que luego se le pueden aplicar diferentes propiedades (color, exposición, superficie, medio ambiente, textura).
Esta última configuración está relacionada con una de las principales operaciones que se pueden realizar en Photoshop: la postproducción de renders internos y externos. En cuanto a los renders internos, de hecho, el uso de efectos de luz puede ser realmente útil para potenciar la iluminación de los distintos ambientes; también es posible intervenir en las curvas que permiten ajustar la exposición de la imagen en las áreas individuales. En cuanto a los renders de externos, por otro lado, se le da gran importancia a la elección de la imagen que constituirá el cielo, a la capacidad de reproducir de manera realista las superficies reflectantes y el agua – donde esté presente – y a la credibilidad de la configuración general que debe ser adecuada para el tipo de renderizado (día o noche) que se desee crear.