Cómo calentar tu casa: 10 consejos para una reforma completa

Cómo calentar tu casa y optimizar tu reforma. Aunque llegue cada vez más tarde, la estación invernal golpea muy fuerte. Para salvaguardar el medio ambiente y ahorrar dinero en las facturas, aquí tienes 10 consejos prácticos para calentar tu casa de la mejor manera posible, evitando el despilfarro y, en muchos casos, las penalizaciones innecesarias.

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Realizar el mantenimiento de las instalaciones. Es la regla número uno en cuanto a seguridad, ahorro y cuidado del medio ambiente. De hecho, un sistema consume y contamina menos cuando está correctamente ajustado, limpio y libre de cal.
Comprueba la temperatura ambiente. Calentar demasiado la casa es malo para la salud y los bolsillos: la normativa exige una temperatura de 20 grados más 2 de tolerancia, pero 19 grados son más que suficientes para garantizar el confort necesario. Además, por cada grado menos se ahorra entre un 5 y un 10 por ciento en el consumo de combustible.
Presta atención a los tiempos en que permanece encendida la calefacción. Si te preguntas cómo calentar tu casa a la perfección, toma nota de lo que te vamos a contar. Es completamente innecesario mantener el sistema de calefacción encendido durante el día y la noche. En una vivienda eficiente, el calor que acumulan las estructuras cuando el sistema está en funcionamiento garantiza un grado de confort suficiente incluso cuando está apagado.
Instalar paneles reflectantes entre la pared y el radiador. Se trata de una solución sencilla pero muy eficaz para reducir las pérdidas de calor, especialmente en los casos en los que el radiador está empotrado en la pared, reduciendo su grosor y grado de aislamiento. Incluso una simple hoja de papel de aluminio ayuda a reducir la pérdida de calor hacia el exterior.
Proteger las ventanas por la noche. Cerrar las persianas o colocar cortinas gruesas reduce la pérdida de calor hacia el exterior.

Evita los obstáculos delante y encima de los radiadores. Preguntarte “cómo calentar tu casa”, significa también preguntarte cómo renovar y, sobre todo, cómo rediseñar los espacios interiores de una vivienda. Colocar cortinas o muebles delante de los radiadores o utilizarlos como secadores de ropa dificulta la difusión del calor en la habitación y es una fuente de desperdicio. También hay que tener cuidado de no dejar las ventanas abiertas durante demasiado tiempo: solo se necesitan unos minutos para renovar el aire de una habitación, mientras que dejarlas abiertas durante demasiado tiempo solo provoca una pérdida de calor innecesaria.
Haz una revisión de tu casa. Pedir a un técnico que realice un diagnóstico energético de su edificio es el primer paso para evaluar el estado del aislamiento térmico de paredes y ventanas y la eficiencia de los sistemas de aire acondicionado. El diagnóstico sugerirá las medidas a tomar para responder a la pregunta del millón “cómo calentar tu casa”, evaluando la relación coste-beneficio.
Elige sistemas de calefacción innovadores. Desde 2015, salvo excepciones, solo se pueden instalar calderas de condensación. Deberías considerar la posibilidad de sustituir tu antiguo generador de calor por una caldera de condensación o una bomba de calor de alta eficiencia. También existen calderas de biomasa y sistemas híbridos (caldera de condensación y bomba de calor) combinados con sistemas solares térmicos para calentar el agua y sistemas fotovoltaicos para producir electricidad.
Elige soluciones tecnológicas innovadoras. Es esencial equipar tu sistema con una unidad de control automático de la temperatura que evite picos o subidas de tensión innecesarios. La posibilidad de programación horaria, diaria y semanal garantiza un mayor ahorro de energía. La domótica también le ayuda a ahorrar: los crono termostatos, los sensores de presencia y los reguladores electrónicos le permiten regular la temperatura de cada habitación y la hora de encendido de los sistemas de calefacción, incluso a distancia a través del teléfono móvil.
Instala válvulas termostáticas. Estos dispositivos se utilizan para regular el flujo de agua caliente en los radiadores, de manera que no se supere la temperatura establecida para la calefacción de espacios. Obligatorias por ley en los edificios de viviendas, las válvulas termostáticas pueden reducir el consumo hasta un 20%.